En España hay 27.000 Felisas, cuya edad media es de 72 años, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Felisa Ferraz tiene 24. “Esto me ha pasado varias veces: concierto una reunión de trabajo con alguien que no me conoce, digo cómo me llamo y al verme alucinan. Entonces me dicen que con el nombre que tengo esperaban a alguien de 60 años”, dice esta zaragozana, que trabaja en el departamento de marketing de una gran empresa.
Como explica la lingüista Lola Pons en este artículo, la connotación de un nombre depende de ideas socialmente extendidas. Herminia suena a abuela porque las Herminias que conocemos suelen ser de edad avanzada: la edad media es de 68 años. Herminia Parra, atleta de Ciudad Real de 22 años, está acostumbrada a que le digan que su nombre es “muy de abuela”. “Me repiten mucho que es un nombre muy raro, muy de pueblo”, comenta.
Este tipo de nombres tiene algunas pegas. “En el colegio se meten contigo. No es algo generalizado, pero puedes escuchar algunos comentarios que no te gustan. Los niños están habituados a que te llames María o Isabel. No fui consciente de que tenía un nombre especial hasta que me di cuenta de que ninguna niña se llamaba como yo”, cuenta Práxedes Caballero, canaria de 19 años. La edad media de las 934 mujeres que se llaman Práxedes es de 70 años. El nombre también es usado por 238 hombres, cuya edad media es de 62 años.
Los nombres que suenan tan antiguos también tienen aspectos positivos. Primitivo Gámez, malagueño de 28 años, asegura que ayudan para ligar: “Es una buena forma de romper el hielo al conocer a alguien. Mi nombre siempre da conversación, me preguntan de todo”, comenta este arquitecto. La edad media de los Primitivos es de 68 años. “Nadie se olvida de tu nombre. En clase, los profesores nunca dudan contigo. Y nadie guarda tu contacto en el móvil como Primitivo Trabajo o Primitivo Universidad. Eres Primitivo a secas”, añade.
Orencio Carvajal también encuentra ventajas en su nombre, cuya edad media es de 68 años: “Siempre me ha gustado. Tener un nombre como Orencio te da una individualidad brutal”, cuenta este guionista de 24 años, director de la película La atención. “Mi nombre también me gusta por mi trabajo. La nueva película dirigida por Orencio Carvajal suena muy bien, mucho mejor que con un nombre común”, indica.
“Mi madre y mi abuela se llaman como yo”
El motivo que más repiten estas personas para explicar por qué se llaman así es que alguien de su familia también tiene ese nombre. Herminia hereda el nombre de su abuela y de su madre. “No habrá una cuarta Herminia. No sé qué nombre le pondría a una niña, pero si fuera niño le pondría Lucas —el segundo nombre más puesto a niños en 2018—”. Esta deportista profesional no es la única de su familia que hereda el nombre: “Mi hermano de 16 años se llama como mi padre, Regino”.
Felisa va un poco más allá: es la quinta de su familia. “Conmigo se termina el crimen. Si tengo una hija, no se va a llamar Felisa. No escuchará los comentarios que yo he oído tantas veces: ‘te llamas como mi abuela, como una amiga del pueblo, como la tía que vive en no sé qué sitio…’”. Primitivo no descarta que un hipotético hijo herede su nombre, el mismo que su padre y un tío abuelo: “Me gusta mucho. ¿Por qué no seguir usándolo? Es muy personal”.
Todas estas personas están acostumbradas a faltas de ortografía constantes en sus nombres: Herminia se transforma en Erminia y Orencio en Horencio. También es muy habitual que les cambien el nombre por otro más extendido: “Me llaman Elisa a todas horas”, dice Felisa, que una vez fue renombrada como Josefa. “Se disculparon diciendo que les sonaba que tenía nombre de vieja”.
También es común que todos ellos contraigan sus nombres para amigos y familiares. En confianza son Hermi, Feli, Oren, Pra y Primi. “Cuando me presentan así, como Primi, siempre piensan que han dicho ‘primo‘. Me convierto en el primo de mucha gente”, dice Primitivo, acostumbrado a que le llamen “troglodita”.
Ese tipo de confusiones resultan “agotadoras”, según Orencio, cansado de que le llamen Lorenzo u Horacio. Por eso, a veces miente. “Cuando voy a un 100 Montaditos [donde el camarero dice tu nombre para que te acerques a por el pedido], digo que me llamo Rubén o Javier, con tal de que no me cambien el nombre. Y, claro, se levantan otras tres personas cuando me llaman”, dice Orencio, que recibió un mazazo hace pocos días: “Mi abuela me confesó que no le gusta mi nombre. Si no le gusta ni a mi abuela…”.
Cómo comprobar la edad media de un nombre
La herramienta del INE ¿Cuántos se llaman… permite conocer cuántas personas hay en España con un nombre en concreto. Además, indica la distribución territorial y la edad media de las personas con ese nombre. Después de pinchar en este enlace, escribe el nombre que quieras consultar en la barra de búsqueda.
¿Cuántos se llaman… también sirve para conocer detalles sobre apellidos. No indica la edad media de las personas con ese apellido, pero sí el número de personas que lo tienen, además de las provincias en las que es más común.
Los 50 nombres con media de edad más alta en España
En la siguiente tabla mostramos los 50 nombres de mayor edad media y que llevan al menos 20 personas en España, facilitados por el INE. Entre ellos no están los de los entrevistados para el reportaje, que tienen una edad media elevada, entre los 68 y los 72 años, pero no comparable a los 84 años de media de las Afrodisias o los 78 de media de los Auxilios.
Para las mujeres, que tienen mayor esperanza de vida, los 50 primeros puestos oscilan en una edad media entre los 77 y los 84 años. Para los hombres, los nombres con mayor edad están entre los 73 y los 78 años. Precisamente entre ellos destacan varios nombres extranjeros, de origen alemán o anglosajón.